Everest, los secretos de la montaña más alta del mundo
Es la cima del mundo, el lugar más alto de la Tierra y todo un reto para muchos montañeros que siempre han soñado con coronarlo. El Monte Everest es la joya de la corona de la Cordillera del Himalaya, entre Nepal y el Tibet, un lugar especial al que cada vez se anima más gente a ir, algo que no tiene por qué ser positivo ni mucho menos. Y es que esta imponente montaña guarda muchos secretos, algunos de ellos peligrosos, y aunque subirla es una experiencia inolvidable, lo cierto es que el Everest también puede convertirse en un lugar maldito y fatal, como vamos a ver en este artículo.
El alpinista Edmund Hillary fue, junto a su sherpa nepalí Tenzing Norgay, el primer hombre en llegar a la cima de esta altísima montaña de casi 8900 metros. Desde entonces han sido muchos los escaladores que han coronado la cima más alta del mundo, pero también han sido unos cuantos los que se han quedado por el camino, en torno al 4% de los que lo intentan, muriendo durante el ascenso o también en el descenso, que puede llegar a ser igual o más peligroso. Lo más sorprendente es saber que la persona más joven en llegar a la cima solo tenía trece años cuando consiguió la hazaña. Era el norteamericano Jordan Romero.
El punto más elevado del monte
Según las mediciones llevadas a cabo hace ya muchos años y refrendadas por numerosos estudios, el monte Everest es el más alto con respecto al nivel del mar, llegando a los 8.848 metros de altura. En su cima de nieves perpetuas hay, como curiosidad, una antena que ofrece internet vía satélite para todos los que hayan llegado y quieran comunicar su hazaña. La montaña más alta de la Tierra sigue siendo un reto para los escaladores, que vienen desde todo el mundo para tratar de alcanzar su cima. En la mayoría de ocasiones utilizan oxígeno embolsado, sobre todo en las últimas etapas, así como la guía de los diversos sherpas que les ayudan a subir por el terreno escarpado, una ayuda inestimable.
Los peligros del Everest
Está claro que subir al monte más alto del planeta no va a ser un paseo, ni mucho menos. Aunque es cierto que las tecnologías ya han mejorado bastante y que hoy en día la seguridad es mucho mayor que en la primera ascensión de Hillary, todavía hay muchos peligros que sortear. Desde el frío hasta la falta de oxígeno, pasando por posibles derrumbes, quemaduras en la piel, mal aprovechamiento de las provisiones, accidentes… Se calcula que en torno a un 4% de todos los que intentan subir al Everest perecen en la aventura. De hecho hay muchos visitantes que posteriormente, en sus subidas, se han encontrado con los cuerpos congelados de algunos de estos alpinistas que no pudieron cumplir su objetivo.
La zona muerta
La llamada zona muerta se produce por encima de los 8000 metros, en aquellos picos que los superan, como el propio Everest, y se da por la imposibilidad de que el ser humano se adapte a las temperaturas, los vientos y la falta de oxígeno a tanta altura. En esta zona suele haber muchos accidentes porque la nieva está totalmente congelada y es más resbaladiza, lo que facilita los aludes o las caídas. La zona muerta se ha cobrado numerosas víctimas en todo este tiempo, lo que es aún más doloroso teniendo en cuenta que está muy cerca ya de la meta, del último objetivo. Además, esta zona muerte se da en las dos rutas principales para subir al monte, la de Nepal y la del Tibet, así que es imposible saltársela.
Hallazgo de cadáveres de excursionistas
En los últimos tiempos, para favorecer el turismo y conseguir un poco de dinero extra, los gobiernos han decidido abrir mucho más los permisos para subir al monte, especialmente desde Nepal. Esto ha provocado un aumento considerable de las expediciones al Everest, lo que también ha venido de la mano de un mayor número de accidentes. Muchos de los que pierden la vida en el monte se quedan allí, completamente congelados, sirviendo de advertencia a los que vienen detrás. Y es que por muy experto que seas en alta montaña, el Everest es un reto máximo y la supervivencia no es sencilla.
Explotación turística ¿Está el ser humano acabando con este monte?
Dado el alto número de expediciones que se están llevando a cabo en el monte en los últimos años, la montaña está sufriendo ya las secuelas del paso de tantas personas. Y no solo hablamos de lo habitual, del desgaste propio de ciertas vías o senderos, sino también de toda la basura que el ser humano está dejando allí arriba, convirtiendo el Everest en el vertedero más alto del mundo. Toda una desgracia que es una muestra perfecta y dolorosa de cómo nuestra especie maltrata a su entorno, incluso en una zona tan inhóspita como ésta.