Cuánto puede ganar una prostituta
Hay debates que en los últimos años se han vuelto mucho más encarnizados. Tal vez por el cambio que se viene dando en la sociedad, en diferentes temas, que son trasversales y acaban afectando a casi cada parcela de nuestra realidad. Tal vez por la forma en la que se dan, alistándose cada cual en un extremo, sin opciones a los grises o posiciones intermedias. Dentro del feminismo, por ejemplo, que está teniendo mucho auge en estos tiempos recientes, existen también debates internos que plantean disyuntivas muy complejas. Por ejemplo, el tema de la prostitución como símbolo de la objetivización sexual de la mujer o como muestra del empoderamiento. ¿Si una mujer puede hacer lo que quiera con su cuerpo, no sería lógico que se la permitiera entregarse al sexo para ganarse la vida? Las discusiones se llenan de tabúes y barreras morales, algo que termina afectando también al propio debate.
La prostitución es hoy por hoy un gran problema, en la manera en la que ha llegado a nuestros días, como una herramienta de algunos grupos para sacar mucho dinero explotando sexualmente a las mujeres. Ellas no suelen tener el poder de decisión a la hora de implicarse en sus servicios con tal o cual cliente. Simplemente viven en burdeles o en casas, hacinadas y bajo el yugo del proxeneta, esperando al siguiente hombre que quiera tener sexo con ellas. Pero esa imagen de la prostituta marcada, que es real y por supuesto está muy expandida, no es la única. También hay escorts que han decidido, por propia voluntad, involucrarse en un negocio que resulta indudablemente lucrativo. Cuando una mujer tiene la potestad de ofrecer sus servicios sexuales o de acompañamiento, por su propia cuenta, puede llegar a ganar mucho dinero. Y seamos francos, en el mundo en el que vivimos, esto marca una diferencia abismal con otros trabajos. La ética de “todo por el dinero” se viene abajo cuando tenemos que levantarnos cada día antes del amanecer para ir a un trabajo que odiamos, y todo para llegar a fin de mes con el agua al cuello. Las prostitutas que van por libre, en cambio, tienen acceso a muchos más ingresos, y eso es un punto definitivo para que muchas se unan.
Un negocio que sigue muy vivo
No es algo que se venga dando en los últimos tiempos. De hecho, la prostitución ha existido desde siempre, porque las mujeres han entendido que el sexo era una gran moneda de cambio para conseguir dinero, bienes o cualquier otro tipo de favor masculino. Las cosas han cambiado mucho, eso sí, aunque sigue habiendo prostitutas que son esclavizadas y abusadas, y otras que toman sus propias decisiones. Las primeras, evidentemente, desearían salir de ese negocio porque están en él fuera de su voluntad. Las segundas han tomado una decisión con conocimiento de causa, y eso lo cambia todo al fin y al cabo. El negocio de la prostitución mueve miles de millones en todo el mundo, incluyendo aquellos países donde es ilegal y está prohibida.
Sueldos muy diferentes según el país
Como ocurre con cualquier otro trabajo, en la prostitución también hay unos sueldos muy distintos según el país en el que nos centremos. Por ejemplo, si estamos en Estados Unidos o en Alemania, dos de los países más fuertes económicamente del mundo, una prostituta que hace servicios habituales puede llegar a ganar entre 50 y 80 euros por servicio. Teniendo en cuenta que suelen hacerse varios al día, estaríamos hablando de entre 200 y 300 euros cada jornada, aunque evidentemente no suele ser todo para ella. La cifra baja muchísimo más cuando nos vamos a países latinoamericanos, o africanos incluso, donde los servicios cuestan mucho menos. Esto ha provocado también un auge de destinos de turismo sexual en esas zonas del mundo.
Por el mismo precio de un servicio sencillo en España puedes tener a tres chicas en Nicaragua, por ejemplo. Es algo que también ocurre en otros negocios, y como es obvio, tiene que ver con el entorno económico, los sueldos y el precio del nivel de vida de cada país. Pero también dentro del propio negocio del sexo hay sueldos muy diferentes, entre chicas que viven incluso en la misma ciudad. Cada escort marca sus tarifas, a veces alineadas con la agencia para la que trabaja. Aunque los precios suelen equilibrarse de manera natural, es complicado encontrar a una chica en España que trabaje por menos de 30 euros, por ejemplo. Lo habitual es que se cobren entre 60 y 100 euros la hora por un completo. Sin embargo, hay escorts VIP que pueden llegar a cobrar 500 e incluso 1.000 euros por hora, dada su exclusividad.
Prostitutas, escorts y acompañantes VIP
Es complicado analizar con datos reales este sector, debido a que en muchos países la prostitución sigue siendo un negocio velado. Es decir, que está prohibida o es alegal, y por tanto, no se puede conocer el grueso de lo que se gana o lo que genera. Hay estimaciones, por supuesto, pero seguramente queden por debajo del dinero real. El sexo mueve muchísimo y estamos hablando de un negocio que ha sobrevivido incluso en lugares de guerra, una de las razones que esgrimen los que apoyan su regularización. En los países donde el trabajo sexual se ha reglamentado, la prostitución ayuda al PIB en un tanto por ciento importante, y las prostitutas pagan sus impuestos religiosamente. Son cantidades de dinero grandes aunque eso sí, muy repartidas.
Un cocinero, un barrendero, un médico o un ingeniero suelen ganar lo mismo, aproximadamente, viviendo en un mismo país. Sin embargo, el mundo de las escorts se parece más al de los artistas o freelancers. Ellas proponen unas tarifas, que son las que consideran justas, y luego el cliente decide si paga por sus servicios o busca algo más económico. Las chicas que necesitan sobrevivir bajan los precios para conseguir más clientes y así más dinero, a base de trabajar más, eso sí. Las acompañantes VIP ponen sus tarifas por las nubes, enfocadas en encontrar un público mucho más selecto para sus encuentros. De esta manera, trabajando un par de horas a la semana pueden ganar lo mismo que una prostituta de la calle en cinco días.
Una alternativa para muchas mujeres
En muchas ocasiones, la prostitución es como una tabla de salvación para las mujeres que llegan en situaciones muy complicadas. En su propio país y después de emigrar a otros, lo cierto es que es complicado empezar de cero en según qué momentos, y la prostitución no deja de ser casi siempre dinero fácil. Esto hace que muchas chicas, tanto jóvenes como más maduras, la vean como una alternativa real para poder ganar algo de dinero. También están esas jóvenes universitarias, preparadas y cultas, que encuentran en el acompañamiento VIP una forma de pagarse todos los caprichos. De mente abierta en lo sexual y sin tantas trabas morales, no tienen reparos en entregarse con diversos hombres para poder disfrutar del tipo de vida que siempre han deseado.